lunes, 10 de agosto de 2009

Picasso & Lump


"Picasso acogió a Lump y lo admitió en su familia con tanta rapidez que Jaqueline se quedó pasmada, estupefacta. Siempre se veían perros en los estudios de Picasso y en algunos de sus cuadros, pero nunca en sus brazos, donde Lump se encontraba ahora como en casa. (...)
Cuando Picasso trabajaba sólo Jaqueline era bienvenida, y Lump, siempre que encontrara la puerta del estudio abierta."


"Picasso & Lump, la odisea de un teckel", de David Douglas Duncan

* Dedico este post a Eddie, mi hijo perruno, que estos días ha tenido que ceder su protagonismo a un nuevo habitante de la casa. Poco a poco, ambos van encontrando su lugar.

6 comentarios:

Alex dijo...

Picasso también tenía su corazoncito. Muy escondido, eso es cierto.

Muchas felicidades, Selma. ¡¡El nuevo inquilino es guapísimo!!

Selma dijo...

Gracias, Alex, sé que en Cucumberland habéis sucumbido también a sus encantos.
Imagina cuando veas esos ojos face to face!
Besos

Le poinçonneur dijo...

No viene a cuento, pero veo que eres playmobófila.

Conquistado me has :)

troyana dijo...

Vaya con el genio de Picasso!para mí lo del teckel es romper una lanza a su favor.Y por cierto,me ha encantado eso de hijo-perruno,yo también tengo uno y es wapísimo,pasión de "madre".

Selma dijo...

* Sí, desde pequeña me encantan los clicks (antes famobil). Me da pena haber perdido con los años desde el barco pirata hasta el castillo medieval, pero poco a poco me voy haciendo una nueva colección. Vivan los clicks!
Enlazo mi blog al tuyo, si no te importa.
* Tienes razón, Troyana, la historia del Teckel le hace a Picasso parecer menos cascarrabias. Me alegro que entiendas los amores perrunos, jeje.

Le poinçonneur dijo...

Un honor, Selma. Hago lo propio.

Besos.