"Habíamos estado riéndonos junto a las mesas de las invitaciones en las que tres mujeres de mediana edad estaban sentadas, recogiendo las entradas; y cuando le llegó el turno a Cary Grant, dijo sonriendo, de aquella forma inimitable (aunque muchas veces imitada): 'Lo siento muchísimo, he olvidado mi invitación; ¿puedo entrar, por favor?'. Una de las señoras, sin levantar la vista, dijo: 'Nombre'. Grant se echó ligeramente hacia delante, inclinándose más (medía aproximadamente un metro noventa, aunque siempre llevaba los hombros algo caídos): 'Cary Grant', dijo. Entonces, la mujer levantó la vista, frunció un poco el ceño mientras lo escudriñaba, y remachó: 'No tiene usted pinta de Cary Grant'. A lo que él respondió, rápido como el rayo, inclinándose aún más hacia delante, y todavía arrugando sus hombros: 'Lo sé; nadie la tiene'."
"Las estrellas de Hollywood", de Peter Bogdanovich
* Parece que la ironía de los personajes de Cary Grant también se trasladaba a su vida privada. Al menos así lo cuenta Peter Bogdanovich en su particular visión, a través de conversaciones y anécdotas de varios actores de Hollywood. Como regalo, una divertidísima escena de la genial "Arsénico por compasión": Mortimer, recién casado, va a visitar a sus ancianas tías, y se encuentra con una sorpresa...
* Parece que la ironía de los personajes de Cary Grant también se trasladaba a su vida privada. Al menos así lo cuenta Peter Bogdanovich en su particular visión, a través de conversaciones y anécdotas de varios actores de Hollywood. Como regalo, una divertidísima escena de la genial "Arsénico por compasión": Mortimer, recién casado, va a visitar a sus ancianas tías, y se encuentra con una sorpresa...