miércoles, 16 de noviembre de 2005

El gran soñador


He terminado de leer las caóticas memorias de Gonzalo Suárez en su libro "el hombre que soñaba demasiado". Muy interesante saber que lo que le impulsó a hacer cine fue recoger físicamente las imágenes que veía en sueños. Si se echa un vistazo a sus películas, se ve que tienen mucho de irrealidad, de cosas que sólo tienen sentido de noche y con los ojos cerrados. Son memorias con pocos datos históricos, pero ahora conozco a Gonzalo Suárez mejor que antes y me apetece revisar sus películas para ver si me encuentro en ellas con hombres sin rostro y mujeres con libélulas en el pelo.

1 comentario:

francisco aranguren dijo...

Hay muchas personas que dan valor a sus sueños. Buñuel, en "Mi último suspiro" cuenta algunas de las imágenes de sus películas cuyo origen son sueños; Fernando Arrabal llevaba un diario en el que escribía lo que le sucedía a diario, incluídos, en lugar preferente sus sueños, como parte de su vida. Lo onírico es para mí algo tremendamente creativo, pues no se interpone la barrera del control que ejercemos con la lógica...Es curioso el descrédito actual del sueño, si se compara con la Angüedad, donde los sueños eran interpretados como mensajes de la divinidad. Intentaré conseguir y leer las memorias de Gonzalo Suarez. Gracias por el apunte.