
He terminado de leer las caóticas memorias de Gonzalo Suárez en su libro "el hombre que soñaba demasiado". Muy interesante saber que lo que le impulsó a hacer cine fue recoger físicamente las imágenes que veía en sueños. Si se echa un vistazo a sus películas, se ve que tienen mucho de irrealidad, de cosas que sólo tienen sentido de noche y con los ojos cerrados. Son memorias con pocos datos históricos, pero ahora conozco a Gonzalo Suárez mejor que antes y me apetece revisar sus películas para ver si me encuentro en ellas con hombres sin rostro y mujeres con libélulas en el pelo.